A continuación reproducimos un balance de los resultados electorales en la provincia de Buenos Aires (Argentina) realizado por la organización argentina CONVOCATORIA SEGUNDA INDEPENDENCIA. Unas elecciones que se han saldado con la derrota de Milei y su partido La Libertad Avanza (LLA), que han quedado segundos tras el partido peronista Fuerza Patria.

CONVOCATORIA SEGUNDA INDEPENDENCIA Y LAS ELECCIONES DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Muchos compañeros y compañeras de diferentes organizaciones, algunas más cercanas al kirchnerismo, otras a nosotros; y también nuestros compañeros y compañeras de CSI, nos vienen preguntado: qué pensamos del resultado de las elecciones de la Provincia de Buenos Aires.

Somos una organización incipiente, pero con el mínimo prestigio ganado en luchas, en solidaridad absoluta y en la generosidad de respecto de nuestra Formación -poniéndola siempre a disposición de quién quiera, necesite o desee formarse en política- y eso nos pone muchas veces en el papel de ser consultados, aún por quienes tienen con nosotros diferencias pero también respeto.

Así, nos pareció que todos merecemos poner en la mesa algunas reflexiones que nos animamos a compartir, en relación a cuál es nuestro análisis sobre el momento que estamos viviendo.

En primer lugar, nos sentimos muy identificados con el casi 40% de la población de la Provincia de Buenos Aires (5.700.000 de habitantes) que han considerado -por distintas razones- que ir a votar no cambiará nada, no alterará su vida, o incluso que carece de sentido, o simplemente por bronca.

Entre esos millones de habitantes, para muchos, esta democracia elitista es un sistema que lejos está de representar sus intereses.

Cómo no comprender también a aquellos millones de compañeros y compañeras de base, que sintieron que con la elección vino un alivio frente a un Gobierno que ha hecho de la crueldad un goce.

Pero en Convocatoria también estamos obligados a no dejar de pensar en los miles de trabajadores y trabajadoras que tienen hasta tres laburos para llegar a fin de mes y aún así, no llegan.

En las Escuelas estatales de la Provincia de Buenos Aires, que se han convertido en miserables depósitos donde nuestros niños y niñas de familias empobrecidas pueden llegar a sus últimos grados sin saber leer y escribir o con dificultades tremendas en comprender los textos. Niños o niñas que luego serán jóvenes, que no podrán siquiera terminar el secundario y menos aún llegar a la universidad “pública”.

Cientos de esos niños tendrán como futuro seguro la miseria, la explotación, o la cárcel y la muerte.

Estamos obligados como organización Política a no dejar de pensar en los Hospitales sin insumos y las salitas sanitarias municipales de la Provincia de Buenos Aires con las mínimas prestaciones.

Más aún, sentimos como propio el dolor en las villas donde viven cientos de miles de personas, atravesadas por el narcotráfico y la delincuencia organizada en complicidad con la justicia y la policía, que cubren sus espaldas y gozan de los favores políticos de los intendentes de turno, convirtiendo esos territorios en verdaderos infiernos.

Muchos de nuestros propios compañeros y compañeras de militancia viven en esas condiciones, lo venimos viviendo diariamente durante las últimas décadas.

Una Provincia riquísima en sus recursos, con campos fértiles que se encuentran lejos de las manos de la mayoría de la población bonaerense y de sus necesidades.

Más de cuarenta años de una democracia vacía, cuyo deterioro fue creciendo a partir los años, gobierne quien gobierne, en proyectos de entrega y de complicidad con las políticas nacionales que no dejaron nunca de privilegiar los grandes intereses económicos del Capital y el Imperialismo.

La pregunta que nos hacemos y transmitimos a compañeros y compañeras a hacerse, incluso con quienes podemos tener diferencias, es si estas elecciones permitirán cambiar algo de la situación que vivimos o no.

Si dará margen y respiro a sectores de clases dominantes para mantener un determinado grado de explotación y miseria, o los hará retroceder aunque sea un poquito.

Si servirá para ayudarnos a desarrollar distintas formas organizativas a nuestras organizaciones o solo implicará nuevas dependencias de migajas estatales y nuevamente años por delante de luchas inconclusas.

Tenemos la obligación y todo el derecho -a la luz de la Historia Argentina de los últimos 30 años- de preguntarnos y reflexionar si en realidad lo que puede prepararse, incluso más allá de buenas voluntades, es el recambio necesario de una etapa concluida de este Gobierno ultra capitalista, pro imperialista y sionista. Ya que si tomamos la foto de algunos de los dirigentes que acompañaron al Gobernador en el escenario de la victoria electoral, nos podría llevar a pensar que si hay cambios, serán para hacer más de lo mismo.

Por eso resulta difícil, hoy y ahora, creer con firmeza y sin dudas, que lo sucedido sirva en el fondo, más allá de la sensación que se pueda sentir ver a este Gobierno vendepatria ante una derrota, porque la verdadera batalla no está solo y necesariamente en estas elecciones, sino en la más grande ofensiva del capital, del Imperialismo y del sionismo que haya vivido nuestro país en estas últimas décadas. Y durante absolutamente todos los gobiernos.

El compromiso que asumimos es seguir intentando, por todos los medios, construir una Organización que sea parte del proceso de una verdadera transformación de las condiciones que condenan a millones de argentinos y argentinas a situaciones de trabajo casi de esclavitud y de saqueo de sus bienes comunes por parte del Imperialismo.

Camino en dónde de ninguna manera nos vemos solos, sino construyendo un Frente Revolucionario, una identidad nueva que supere las frustraciones de décadas pasadas y de derrotas.

Nos obligamos entonces a no continuar esos caminos ya remañidos que no impliquen seguir ciegamente a una dirigencia nueva o desgastada que en muchos casos, no cesa de servir a los mayores intereses económicos del capital y del Imperio.

Por todo eso, poco podemos decir de las elecciones.

Sí podemos hablar de la necesidad imperiosa de armar otros caminos, siendo parte de organizaciones que tengan como horizonte verdaderamente hacerse del Poder y ponerlo en manos de los verdaderos hacedores de nuestro país: sus trabajadores y trabajadoras.