La Administración Nacional de Bosques y Pastizales de China organizó un evento titulado «Explorando los bosques y pastizales de China» entre el sábado y el lunes, invitando a diplomáticos de varios países (como Kazajstán, Irán, Irak, Mongolia, México y Brasil) y representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El objetivo era que fueran testigos de primera mano de los esfuerzos para controlar la desertificación en el país asiático; El domingo, la delegación visitó varios proyectos en Bayannur, en la Región Autónoma de Mongolia Interior, un área que es una importante línea de frente del amplio Programa del Cinturón Forestal Protector de los Tres Nortes (refiriéndose al norte, noroeste y noreste de China), informa el Global Times.

Los miembros de la delegación fueron a un centro de bosques de arena, un área de demostración para la construcción de franjas protectoras en un oasis; un área de demostración de control de arena a lo largo de la costa del río Amarillo; una granja forestal de propiedad estatal y una planta fotovoltaica para el control del desierto.

Según la fuente, la visita permitió a los participantes obtener una mayor comprensión de los logros de China en las áreas de conservación del suelo y el agua, la revitalización rural y la promoción de la prosperidad ecológica.

«Cada área que visitamos fue realmente asombrosa y reveladora, por ejemplo, dónde estamos, que es como se llama la base fotovoltaica Mengneng de 850 megavatios. Es realmente impresionante porque el gobierno y la empresa no solo han integrado o desarrollado esto, tanto para la electricidad como para la producción, sino que también han integrado la ecología, la protección y la estabilización de la zona arenosa», dijo Nora Berrahmouni, directora adjunta de la División de Tierras y Aguas de la FAO, al Global Times.

Berrahmouni destacó la importancia de garantizar que China «continúe apoyando, promoviendo y propagando», destacando que se trata de defender las especies y la diversidad en el país asiático, y también de compartir este conocimiento con otros países, para que puedan ser más fuertes en la lucha contra la desertificación, «apoyando los medios de vida, la biodiversidad y la economía».

Desarrollo de proyectos de investigación y experimentales

«Lo más interesante que hemos visto es la forma en que China ha desarrollado proyectos de investigación y experimentales para saber cómo controlar la desertificación y cómo mejorar los sistemas de cultivo en áreas más erosionadas», dijo Antonio Portilla Montemayor, segundo secretario de la Embajada de México en Beijing.

El diplomático destacó que estas experiencias son muy importantes para otros países, como México. «Porque también tenemos [el desierto] en México. Por lo tanto, aprender sobre la experiencia de China nos dará más ideas sobre cómo desarrollar el medio ambiente y proteger nuestros entornos, así como traer más desarrollo a las regiones donde se origina el desierto», dijo.

Kalamkas Duzbayeva, consejera de la Embajada de Kazajstán en China, dijo al Global Times que «la experiencia de China en la lucha contra la desertificación es muy interesante. Los proyectos que hemos visto hoy en Mongolia Interior demuestran soluciones y métodos científicos sólidos».

«El proyecto con árboles y su riego fue lo que más nos impresionó. Hay regiones áridas en Kazajstán y creo que estos proyectos se pueden implementar allí. En el futuro, la cooperación entre nuestros países en el control forestal y la desertificación será más activa», agregó.

Cooperación activa

Con la desertificación consumiendo tierra equivalente a cuatro campos de fútbol por segundo en todo el mundo, es «una lucha por el futuro compartido de la humanidad», dice la fuente, enfatizando que China también promueve activamente la cooperación en este campo.

Un ejemplo de ello son los cientos de pozos perforados por equipos chinos en Egipto, que ayudaron a transformar zonas arenosas en tierras agrícolas. Además, China ha proporcionado plántulas resistentes a la sequía para la campaña «Mil millones de árboles» en Mongolia.

Otro caso de cooperación -que Xinhua informó en junio pasado- es el proyecto africano de la «Gran Muralla Verde», inspirado en la Administración Nacional de Bosques y Pastos de China, y que también obtuvo apoyo chino.

Por ello, Valerie Hickey, del departamento de medio ambiente del Banco Mundial, señaló que China se había convertido en un «faro de esperanza» y presentó una «hoja de ruta» para el éxito de la lucha contra la desertificación.

Fuente: Abril Abril.