
«No estamos muy contentos de cómo Aena está manteniendo nuestros aeropuertos. Estamos pensando si hacer un acuerdo de cogestión o entrar en el accionariado de una empresa que pudiera desarrollar una Aena andaluza». Con estas palabras resumía Arturo Bernal, consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, su posición respecto al trabajo de Aena en nuestro país a preguntas de El Confidencial.
El consejero de Turismo de la Junta de Andalucía critica que Aena haya convertido a los aeropuertos en grandes centros comerciales, que la empresa estatal priorice ese tipo de negocio en vez de mejorar las infraestructuras. “Los ingresos de las tiendas y restaurantes autofinancian las inversiones”, justifican fuentes del sector para validar el inequívoco enfoque empresarial del gestor público-privado.
En Andalucía se encuentra el cuarto aeropuerto más relevante del Estado español en número de viajeros (Málaga-Costal del Sol) con 22 millones mientras que hay otros de importancia como el de Sevilla que llega a los ocho millones. Otro aeropuertos medianos son los de Jeréz, Granada o Almería que rozan el millón de pasajeros.
Este planteamiento formulado por el gobierno del Partido popular está muy lejos de la «transferencia de las competencias del espacio aéreo andaluz, del tránsito y transporte aéreo» que propone desde hace muchos años el partido Nación Andaluza.
¿Cómo funciona Aena?
Aena es el principal gestor aeroportuario del mundo y posee un 51% de participación pública y un 49% de accionariado privado. Su modelo se remonta a la ley 8/2014, de la etapa del PP.
Aena es la empresa gestora de los aeropuertos en el Estado español. Tiene tantos aeródromos bajo su paraguas (46 aeropuertos y dos helipuertos) que ahora mismo es la compañía que más espacios de este tipo gestiona en el mundo. Su accionariado es un 51% público y un 49% privado desde que la ley 8/2014 dejara entrar a accionistas privados en la compañía.
Es cierto que las tarifas de Aena, que han causado un cisma con Ryanair, son de las más competitivas de Europa… sin olvidar que la compañía tiene previsto aprobar la mayor subida de la década en las tarifas que cobra a las aerolíneas, incrementándolas en un 6,5% por viajero para 2026. También que gracias a estos ingresos comerciales la empresa no tiene que recurrir a los Presupuestos Generales del Estado y que el año pasado elevó el dividendo un 27%, con un reparto de 1.464 millones de euros, tras un beneficio récord de 1.934,2 millones de euros.
«Hacen falta decisiones basadas en datos, en técnicas de ‘benchmarketing’ [medición cuantitativa de la actividad de una organización], examinar con lupa los funcionamientos de los aeropuertos y las métricas de satisfacción, los tiempos de espera, cómo funciona ahora Aena y cuáles son las implicaciones», responde Natalia Hustova, investigadora especializada en sistemas aeroportuarios del Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo (IATUR-UMA).






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