La huelga general contra la jornada laboral de 13 horas paralizó Grecia

Manifestación en Atenas durante la huelga del pasado 1 de octubre (PAME).

La huelga general del miércoles tuvo un gran impacto en los sectores público y privado, con miles de trabajadores en las calles en protesta contra las leyes laborales propuestas por el gobierno griego. Salud, educación, transporte, banca, comercio fueron algunos de los sectores de actividad donde se sintió mucho la huelga de 24 horas, con los trabajadores griegos dando una respuesta contundente a las reformas laborales impulsadas por el gobierno liberal de Kyriakos Mitsotakis.

La jornada de lucha se centró en la defensa de la semana laboral de 35 horas, los aumentos salariales y la conciliación de la vida laboral y personal, frente al contenido del proyecto de ley que el Gobierno pretende aprobar a finales de este mes, que contempla la posibilidad de ampliar la jornada laboral diaria hasta las 13 horas y una semana laboral de seis días.

El gobierno pro-empleador de Mitsotakis argumenta que el tiempo de trabajo más allá de los ocho días será compensado con una bonificación del 40%, pero los sindicatos denuncian la legislación como «esclavitud» y «bárbara», porque convierte a los trabajadores en «esclavos modernos», impide la conciliación familiar y destruye el tiempo libre.

Los principales sindicatos griegos destacan la gravedad del paquete laboral que el Gobierno quiere que se apruebe y exigen la derogación de las medidas existentes que consideran onerosas para los trabajadores, como los despidos sin indemnización en el primer año de contrato, la restricción del derecho de huelga, así como la recuperación y mejora de la negociación colectiva.

El Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME) clasificó la reforma laboral como un «ataque brutal al movimiento obrero», subrayando que los logros históricos de los trabajadores no pueden ser cuestionados.

Grandes movilizaciones

Las principales ciudades griegas fueron escenario de grandes manifestaciones, también contra la «economía de guerra», y las más grandes tuvieron lugar en Atenas y Tesalónica.

En la plaza Syntagma de Atenas, Makis Kontogiorgos, delegado sindical de una empresa de tecnología, dijo que «los griegos ya se ven obligados a sobrevivir con los peores salarios de Europa». «Y ahora todavía se nos pide que trabajemos la mayor parte del día», denunció en declaraciones a la prensa.

Con el primer ministro griego abogando por una «mayor flexibilidad» en el mundo del trabajo a través de un ataque a los sindicatos y la negociación colectiva, y la ministra de Trabajo, Niki Kerameus, confirmando que la nueva legislación mejorará esta flexibilidad, los manifestantes argumentaron que el curso debe ser exactamente el contrario.

Katerina Andritsopoulou, de 55 años, trabajadora de una empresa manufacturera, dijo que temía que con la nueva legislación, muchos trabajadores «fueran víctimas de abusos».

En declaraciones a un reportero de The Guardian, subrayó que en el resto de Europa se habla de jornadas laborales más cortas y que en Grecia «son más horas y salarios que no reflejan el coste de la vida».

«Estamos aquí porque hay muchas personas vulnerables que no podrán negociar con los empleadores cuando se aprueben leyes como esta», advirtió.

Fuente: Abril Abril.

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