
La inestabilidad reina en el primer Estado de Europa en acabar con la monarquía. 27 días después de ser nombrado primer ministro, Sébastien Lecornu terminó pidiendo la renuncia del presidente Emmanuel Macron.
Para Lecornu había demasiadas líneas rojas impuestas por la Asamblea Nacional: «el principio mismo de construir un compromiso entre formaciones políticas es poder combinar precisamente líneas verdes y tener en cuenta un cierto número de líneas rojas», dijo el jefe saliente del Ejecutivo.
El escenario actual, creado por la voluntad de Macron que no quiso llegar a acuerdos con la coalición de socialdemócrata Nuevo Frente Popular, es delicado dada la composición parlamentaria, algo que Lecornu admite que no ha podido gestionar. Según él, «los partidos políticos siguen adoptando una postura como si todos tuvieran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional», dijo. Además de este aspecto, admite: «Me encontré en una situación en la que estaba dispuesto a comprometerme, pero cada partido político quiere que el otro adopte todo su programa».
Se trata de otra derrota política para Macron, ya que el anterior Gobierno estaba compuesto por personas como Gérald Darmanin, Bruno Le Maire, Bruno Retailleau, Elisabeth Borne o Rachida Dati, personas cercanas a él que llevarían su visión política.
La dimisión del recién nombrado primer ministro anticipaba una caída que se avecinaba, ya que, tanto en por la izquierda como por la derecha, las críticas iban en aumento y podía surgir otra moción de censura que probablemente sería aprobada, dada la inflexibilidad mostrada por el nuevo gobierno.
Fuente: Abril Abril.






Deja un comentario