
El Gobierno norteamericano anunció este miércoles en la feria armamentística AUSA, la más importante del país, el programa Jano para construir minirreactores nucleares en las instalaciones estadounidenses. La iniciativa persigue establecer centrales modulares en sus principales bases militares, que incluyen el extranjero, como las que EEUU tiene en nuestro país gracias al acuerdo con Franco y el consentimiento de los gobiernos estatales posteriores: Rota y Morón.
El objetivo es que los emplazamientos puedan operar con completa independencia de la red eléctrica ante apagones o ciberataques. El ejército de EEUU lleva años tratando de conseguir reactores nucleares portátiles o que sean cada vez más pequeños y económicos. Con la llegada de Trump a la Casa Blanca, el presidente ha vuelto a impulsar la energía atómica. En mayo, decretó una orden presidencial para que el Pentágono diseñara una estrategia atómica para todo su brazo militar. El resultado ha sido un programa para instalar los reactores modulares atómicos que se han popularizado en el sector civil.
El programa fue anunciado por el secretario del Ejército de EEUU, Daniel Driscoll, y el secretario de Energía, Chris Wright, que enfatizaron las «necesidades energéticas» del ejército con vistas claras a China. «Si pensamos en nuestra participación en un conflicto en la región del Indopacífico, no va a ser como las guerras que hemos tenido en los últimos 40 o 50 años», afirmó en declaraciones ante la prensa. «Vamos a necesitar poder acceder a una energía como nunca antes la hemos necesitado».
¿Una central nuclear clandestina?
Si el plan nuclear de Trump funciona, uno de los destinos podrían ser las bases militares de Rota y Morón de la Frontera, piezas elementales del sistema de defensa de la OTAN en Europa. El control de qué armamento y materiales norteamericanos se introducen depende en gran medida de una aprobación del Congreso de los Diputados estatal.
Estados Unidos cuenta con el antecedente de Groenlandia, cuando EEUU construyó clandestinamente un reactor nuclear a principios de los 60 en la base de Thule sin que los groenlandeses (ni Copenhage) supieran nada.
La previsión de la Casa Blanca es que los primeros minirreactores estén listos en 2028.






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