
La víctima fue un hombre de unos 83 años, que murió ayer, martes, en un hospital de Málaga. Iba a ser desahuciado y, en medio de su desesperación decidió quitarse la vida disparándose en la cabeza. El fatal desenlace ocurrió cuando una comitiva judicial, acompañada por agentes de la Policía Local, acudió a su domicilio para desalojarlo de su hogar según informa Europa Press.
Según se ha podido saber, el anciano había acumulado una deuda hipotecaria con una entidad bancaria, motivo por el que fue subastada su vivienda. El juzgado había fijado para ayer, martes, la fecha del desalojo, tras agotar los plazos para que el hombre abandonara “voluntariamente” la propiedad.
En algunos medios del capital se insiste hoy en que «no pidió ayuda» mientras se obvia la situación en la que un banco que gana miles de millones de euros al año puso al anciano.
Al parecer, cuando la comitiva judicial llamó al timbre y trató de acceder al domicilio junto a un cerrajero, el anciano, que aún se encontraba dentro, se disparó en la cabeza. Los agentes entraron al escuchar el disparo y comprobaron que todavía respiraba, por lo que alertaron a los servicios de emergencia. Fue trasladado de inmediato a un hospital cercano, donde falleció horas después según la SER.






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