
El sector del transporte fue uno de los más afectados por la huelga del pasado viernes en Italia, con trabajadores en las líneas de piquete reafirmando el lema «Dejad las armas, subid los salarios» y exigiendo mejores condiciones de vida.
Como parte del día de lucha, hubo manifestaciones en más de 50 ciudades con cientos de miles de personas protestando contra el presupuesto de guerra del gobierno de Meloni, declaró la Unione Sindacale di Base (USB) en su página web.
Milán, Bolonia, Florencia, Nápoles y Génova fueron algunas de las ciudades donde se denunciaron el aumento del gasto militar, la privatización de empresas públicas y los recortes en servicios como sanidad, educación y transporte.
En Roma, según el USB – que llamó a la huelga como parte de una plataforma sindical – la Piazza Montecitorio «rechazó rotundamente el presupuesto de guerra», y allí se presentó una contrapropuesta presupuestaria «de acuerdo con las disposiciones constitucionales».
«El presupuesto de rearme del gobierno de Meloni es coherente con las políticas belicistas adoptadas en los últimos años, pero también supone un salto en términos de calidad, con los servicios públicos sacrificados en el altar de la economía bélica, mientras la inflación sigue aumentando y los salarios se han mantenido estancados durante décadas», denunció la USB y el Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (CALP) en una de las convocatorias a la huelga.
Es hora de decir «basta», por más salarios y derechos
En otra de las apelaciones, el USB señaló la necesidad de decir «basta» con esta situación y exigir mejores salarios y condiciones de vida.
«Queremos un salario básico de al menos 2000 euros, jubilación hasta los 62 años, fin de la subcontratación, reducción de la jornada laboral sin pérdida salarial, garantía del derecho a la vivienda, nuevas contrataciones en el sector público y sanidad pública gratuita y universal», declaró el sindicato, subrayando que estas son «necesidades urgentes en un país agotado» y que son «incompatibles con la beligerancia del gobierno».
Una «elección política»
El gobierno de Meloni ha decidido alinearse con la deriva militarista europea y la agenda del rearme y, en este contexto, USB y CALP denuncian que el nuevo presupuesto congela los salarios y da prioridad a la banca y a las plusvalías.
«Mientras los precios siguen subiendo, los salarios permanecen estancados y las pensiones se recortan cada año», afirman, añadiendo: «Trabajamos más, ganamos menos y vivimos peor. Esto no es una crisis: es una elección política, y son los trabajadores quienes la están pagando.»
Mensajes de apoyo
El día de la huelga, en el que se manifestó la solidaridad con el pueblo palestino y en el que se exigió la ruptura de relaciones con el Estado de Israel, precedió a una manifestación nacional en Roma el sábado, que siguió a la denuncia del «presupuesto de guerra» del gobierno de Meloni y expresó su apoyo a la lucha del pueblo palestino.
En este contexto, el doble día de movilización fue «atesorado» con mensajes de la Federación Mundial de Sindicatos, Mahmoud Nawajaa, coordinador general del Comité Nacional Palestino BDS y de la Confederación Intersindical Galllega (CIG), entre otros.
En su mensaje, la confederación de clases gallega declaró toda solidaridad con los trabajadores italianos y su apoyo a los días de lucha y movilización del 28 y 29 de noviembre.
«Rechazamos las políticas promovidas por la Unión Europea y sus Estados miembros, que implican una escalada de la beligerancia y un compromiso con el aumento de los presupuestos militares, a expensas de los fondos para los servicios públicos y el apoyo social», dijo la CIG, expresando su preocupación por «la deriva fascista hacia la que se dirige esta Europa, de lo cual el gobierno de Meloni es un ejemplo.»
Fuente: Abril Abril.






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