El imperialista Estados Unidos ha secuestrado brutalmente un petrolero venezolano. Según informes del 10 de diciembre, Donald Trump hizo un comentario absurdo sobre el plan de disposición del petrolero incautado ilegalmente frente a las costas de Venezuela, afirmando: «Nos lo quedamos». En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela condenó enérgicamente este hecho mediante un comunicado, calificándolo de «robo descarado y acto de piratería internacional» y «parte de una campaña más amplia contra la soberanía y los recursos naturales del país». Cabe destacar que este secuestro del petrolero se produjo casi al mismo tiempo que la ceremonia de entrega del «Premio Nobel de la Guerra» al líder fascista de extrema derecha, Machado. Se analiza que, al fracasar la propaganda maliciosa contra el presidente Maduro a través de Machado, provocaron este incidente de secuestro para encubrirlo y, al mismo tiempo, provocar a Venezuela.

Al saqueo del petróleo crudo venezolano por parte del imperialismo estadounidense se suma la venta ilegal a precio de ganga de CITGO, un activo estratégico de Venezuela y filial de la empresa petrolera estatal (PDVSA). CITGO es la séptima empresa refinera más grande, con tres refinerías, seis oleoductos y unas 4200 gasolineras en todo Estados Unidos. Por lo tanto, se convirtió en objetivo del capital transnacional. Durante el primer mandato de Trump, en 2019, tras inflar la deuda del falso gobierno del «presidente autoproclamado» Guaidó a 23 600 millones de dólares para hacer imposible su pago, están intentando saquearla mediante «demandas» y obligando a vender esta empresa, cuyo valor real es de entre 11 000 y 13 000 millones de dólares, a un precio irrisorio de 5900 millones de dólares. En mayo de este año, Maduro declaró que «nunca renunciará a CITGO», y en diciembre, la Asamblea Nacional de Venezuela condenó la adquisición de CITGO por parte del gobierno estadounidense y propuso un proyecto de ley para despojar de la ciudadanía a los fascistas proestadounidenses que colaboraron con ello.

El robo y la piratería del imperialismo estadounidense demuestran que la verdadera intención de la fuerza militar estadounidense reunida en el Caribe no es la «guerra contra las drogas». En agosto, Trump calumnió a Venezuela, una nación libre de drogas, tildándola de «Estado narco-criminal» y acusó maliciosamente a Maduro, jefe del régimen popular antiimperialista, de ser un «señor de la droga», presagiando una operación terrestre tras las operaciones navales y aéreas. Además, Estados Unidos tiene la intención de derrocar a los regímenes populares ampliando la «guerra contra las drogas» para incluir a Colombia y México, e instigando a los grupos de extrema derecha proestadounidenses dentro de las naciones con regímenes populares para provocar disturbios fascistas de extrema derecha. Esta atrocidad extremadamente perversa, como lo confirman el secuestro del petrolero y la venta ilegal de CITGO, tiene como objetivo saquear el petróleo crudo de Venezuela y los abundantes recursos naturales de América Latina, y es la manifestación de la siniestra ambición de reducir a América Latina de nuevo al «patio trasero» de Estados Unidos.

El núcleo de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunciada por la administración Trump el 4 de diciembre es la «Nueva Doctrina Monroe». Esta declara que Estados Unidos se posicionará como la única potencia hegemónica en el continente americano. Trump, que está instigando una «segunda crisis del Caribe» al reunir fuerzas invasoras, incluido el portaaviones USS Gerald R. Ford y 15 000 soldados en el Caribe, ha formulado oficialmente la estrategia para dominar América Latina a través de esta Estrategia de Seguridad Nacional. Mientras tanto, en Venezuela, el gobierno, el ejército y el pueblo están unidos por un solo corazón en su determinación de llevar a cabo una lucha decisiva de resistencia contra Estados Unidos. En toda América Latina se está desarrollando el apoyo y la solidaridad de los regímenes populares antiimperialistas con Venezuela, así como las fervientes luchas populares masivas contra Estados Unidos y el fascismo. Además, las fuerzas de la lucha conjunta antiimperialista mundial han formado la «Brigada de Defensa», una cristalización de la solidaridad internacionalista, para defender a Venezuela. La derrota y la caída del imperialismo son inevitables. En particular, el Caribe se convertirá en el cementerio del imperialismo estadounidense. La humanidad progresista del mundo se levantará colectivamente en la resistencia contra Estados Unidos y la lucha antiimperialista para derrocar al imperialismo y acelerar un nuevo mundo de independencia y paz.